El corazón realmente es un órgano maravilloso que actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los órganos, tejidos y células del organismo. Esta sangre bombeada suministra oxígeno y nutrientes a cada célula. Pero si el flujo de sangre al corazón disminuye o se detiene o el ritmo de los latidos se altera, podría poner en riesgo tu vida.
Al alimentar nuestro cuerpo con comidas que contienen mucha grasa y sal, fumar y no hacer ejercicio de forma regular, estarás muy propenso a padecer enfermedades cardiovasculares. La buena salud depende en gran medida de la responsabilidad que tengamos con nosotros mismos.
Las peligrosas enfermedades cardiovasculares afectan al corazón o a los vasos sanguíneos y ciertos factores influyen significativamente en las probabilidades de que una persona padezca una enfermedad al corazón. Son los temidos “factores de riesgo” que algunos pueden ser controlados pero otros no, tales como el género, la edad y la herencia, pero sí es posible cambiar los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida con el fin de prevenir o retrasar la aparición de una grave enfermedad.
Los estudios médicos demuestran que es posible reducir el riesgo cardiovascular si se come una dieta baja en grasa, sal y colesterol, no se consume ningún tipo de tabaco, se hace ejercicio por lo menos tres veces por semana, se mantiene un peso sano y se reduce la presión arterial.
- Ejercicio
El ejercicio aeróbico es muy importante para nuestra salud ya que los estudios demuestran que caminar por lo menos tres veces por semana durante 30 minutos fortalece el corazón. Además, los estudios médicos demuestran que períodos cortos de ejercicio físico que juntos sumen 30 minutos diarios son imprescindibles para la buena salud.
- Dieta saludable
La dieta es el siguiente paso para mantener sano nuestro corazón por lo que deberá consistir principalmente en frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescado. Es necesario reducir el consumo de grasa (especialmente grasa saturada) y colesterol (carnes rojas grasas, leche entera, quesos elaborados con leche entera, huevos, platos a base de crema y postres que contengan mucha grasa).
- Evita el estrés
Y aunque no lo crea, el estrés puede dañar las arterias debido a una mayor producción de hormonas y a un aumento del flujo sanguíneo durante la respuesta al estrés. Al cicatrizarse las paredes de las arterias éstas aumentan su grosor, facilitándose así la acumulación de placa, la cual estrecha la arteria. Los investigadores creen que el estrés puede empeorar las enfermedades del corazón.
